El jamón ibérico procede de la raza del cerdo ibérico, muy valorada en la gastronomía española como un producto de alta cocina y un manjar exquisito.
Las principales características que definen la calidad del jamón ibérico provienen de la pureza de la raza de los animales y su alimentación.
Desde la ganadería extensiva del cerdo ibérico en libertad en dehesas arboladas, donde están todo el día en movimiento.
Además de la alimentación de los cerdos durante la época de Montanera y finalmente de la crianza del jamón tendrán una mimada curación que durará años.
La única clasificación oficial permitida para el jamón ibérico, que debe figurar en las etiquetas del jamón, es la siguiente:
Las denominaciones de origen reconocidas por la Unión Europea para la carne de cerdo ibérico son:
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